sábado, 16 de noviembre de 2024

HACIA UN SER HUMANO PLENO . EL CONCEPTO METAFÍSICO DE LA LIBERTAD Y LA VERDAD.

 El hombre actual (en su término mas general con la mujer y todos los demás géneros interpretables) , el moderno "homo economicus" es un ser cercenado. 

Cercenado o mutilado de su parte mas trascendental. 

El individualismo liberal , ese hijo venido del padre, el protestantismo aplicado a la economía de la vida ,y su madre el liberalismo, ese concepto santificado desde lo seglar como la libertad individual, no deja de ser una forma escueta, mutilada,  de contemplar el alma humana que ha destruido la parte más espiritual ,metafísica, del hombre.

Esta afirmación no supone ver la Libertad (con mayúsculas) como una culpa o como algo egoísta,  al contrario.  Supone engranarla dentro de una visión o mejor dicho cosmovisión en que la acción del hombre no solo tiene un impacto personal , si no colectivo,  trascendiendo mas allá de lo que ven sus sentidos o puede estimular su psique, siempre limitada al espacio y el tiempo.

El humano actual pierde su capacidad de ver el conjunto. Incluso de la manera limitada que ofrecen las religiones tradicionales o los mitos colectivos de los pueblos con una interpretación del Todo simbólica,  siempre sucedáneo vulgar de una percepción divina que solo ciertas personas, la mayoría místicos o artistas,  pueden atisbar en toda su magnitud. 

Solo es capaz de situarse localmente, en un lugar  donde lo contingente termina arrojándolo ,un espacio o un tiempo determinados y limitantes , una realidad parcial y velada como decían los hindúes o en la filosofía occidental defendía Schopenhauer.

La consecuencia de esta visión decapitada, parcial, es el desarrollo de una psique pobre, ciertamente amoral,  y hasta cierto punto desordenada en el tiempo, autodestructiva. 

Todo hombre moderno , entre los que me incluyo a pesar de cualquier esfuerzo personal ,salvo honrosas excepciones, flaquea en lo espiritual, tanto  en su contemplación global, como en su entendimiento moral y metafísico. 

Eso es lo que hace que una vuelta querida o involuntaria a la visión clásica (a las religiones en sus obras,  en el arte, la música, la historia, la filosofía o el pensamiento político ,en suma a un tipo de pensamiento antiguo) a muchos seres humanos los llene de asombro, desprecio derivado de la incomprensión o en muchos casos de una cierta melancolía. 

Es un regreso o una resurrección de la capacidad perdida de ver el árbol completo y no solo la rama . A la posibilidad de ver más allá de esa parte pequeña del árbol en la que vivimos y nos desarrollamos exclusivamente como individuos. Ramas ,raíces, frutos, hojas ... que pueden ser podadas ,desaparecer o transformarse  dentro del fin último de servir al árbol mismo, para incomprensión del ser humano que se materializa en ellas.

Es ver el conjunto,  la potencia de la semilla, la posibilidad de volver a nacer desde el fruto . 

Es tener de nuevo esa capacidad de destrucción de la finalidad ,  de la percepción vulgar  de llegar a un producto material al servicio del individuo  o las voluntades individuales.

Es, por el contrario, observar el devenir de las cosas. 

La capacidad de ver el árbol, la plenitud de la obra completa, desde la raíz a la copa, el papel de sus frutos y sus semillas,  da una dimensión gigantesca y nada  convencional a la nuestra libertad individual. 

Da esa inteligencia que permite ir  más allá de lo físico y lo material ,esa percepción que solo tienen los profetas, los artistas y algunos grandes pensadores.

Ser Parteros de la Verdad . Esos que como Sócrates liberan almas pero socavan las  costumbres o mejor dicho, las reinterpretan y fortalecen de nuevo dando, desde el fruto, una semilla con un árbol nuevo.