Fuego que arde dentro del hombre helando su alma.
Deseo de oro que estremece, atrofia las virtudes y ciega la Razón y el Alma del que lo tiene.
Hambre que nunca se sacia, sed que atormenta por mucho que se beba.
Mirada lasciva , saliva ardiente salpicada con desorden y deseo racional o irracionalmente justificado por todo bien o persona no poseído.
Costumbre de contables y administradores que les hace diligentes y ahorradores con los bienes de los que les contratan y generosos con los de sus trabajadores , clientes y proveedores.
Lobos para las carteras ajenas y perezosos para vaciar las suyas.
Vicio camuflado de profesionalidad en el caso del usurero
Cofre que hay que llenar para cuando la Muerte lo convierta todo en inútil y nos lleve con el Barquero que nada cargará en la barca que dirige al Hades.
Alma que se empobrece conforme acumula bienes que le enriquecen
Eso, es la avaricia.