lunes, 12 de diciembre de 2016

Los hombres no cambian

No hay sentencias mas contundentes que las que salen de los clasicos y el refranero popular.  Igual que resultan ridiculas mal aplicadas son devastadoras en su enseñanza en los momentos adecuados. Hay una fuerza de conocimiento profunda en todo refran o frase que permanece en el tiempo. Esa conjuracion que al pronunciarlo  lo acerca a la eternidad, al menos a esa eternidad infantil de cientos de años ,como mucho algun milenio ,a que podemos aspirar la raza humana, dando  una magia especial.
La sentencia  , "Genio y figura hasta la sepultura" es una de  mis favoritas. Auna en una frase conceptos filosoficos casi esotericos.
Todos los hombres pensamos que podemos cambiar y lo hacemos de hecho. Las circunstancias nos hacen cambiar o nos destruyen . Pero todos confundimos el enfoque circunstancial con el esencial. Nada cambia el caracter, la voluntad intima de las personas , su genio que decia Quevedo o su daimon que decian los griegos. Ese alma que reclama el acto ante las circunstancias, ese permanente afan inexplicable que explica todas nuestras motivaciones, desde la mas infima a las mas profunda.
Por eso cuando hay quien piensa que un hombre, sin cambiar su modo de entender el mundo, puede modificar sus actos, es un iluso o un estupido. Solo una gran leccion de sufrimiento y una iluminacion espiritual basada en un nuevo conocer , en la revelacion de un nuevo aspecto del mundo, puede realmente hacernos cambiar. En cualquier caso este cambio solo sera una nueva interpretacion que producira nuevos hechos circunstanciales producidos por la persona, pero nunca podra cambiar su daimon , su genio ,esa fuerza imperecedera e incosnciente que nos fuerza actuar, pervive en nosotros hasta nuestra muerte y quien sabe si mas alla.
Sin duda genio y figura son hasta la sepultura . La vida  es siempre , por esto, un gran drama con maravillosos toques de absurdo y comedia. Y solo la contemplacion y  la busqueda del conocimiento te llevan momentaneamente a vista de pajaro sobre ella y contemplar su belleza y la obra completa en su esplendor .

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