lunes, 3 de noviembre de 2014

Una tarde de otoño de la civilizacion

En una tarde otoño camino por sendas regadas por hojas marchitas , secas pero mojadas por la lluvia que limpia los caminos polvorientos del esplendor veraniego  Como los arboles , los hombres son generalmente de hoja caduca salvo algunas escasas especies de ellos que se refugian fuertes tanto al calor como al frio en la fortaleza de sus principios. Condensan su clorofila y la vitalidad de su savia en formas austeras y sencillas perdiendo a cambio de su solidez y permanencia la belleza de las formas de lo efimero y de sus jugosos frutos que portan semillas imperecederas mucho mas alegremente. Todo tiene un fin y un sentido y el ciclo de nuestra civilizacion ha llegado al otoño. Su semilla no esta ya en la superficie si no escondida bajo el suelo esperando la llegada de una primavera, de aquellos tiempos mejores para su progenie. Que solo las copas de los grandes arboles perennes protegeran de los aluviones y los aguaceros que vendran.

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