El espiritu de la vida es caprichoso. Surge , resiste y se aniquila tambien de manera pusilanime en cualquier lugar, contra todo trance y sin ninguna razon.
¿Porque el hombre se obstina entonces en dar una razon , una logica a aquello que no la tiene?
¿Que es mas fuerte?
¿Una gran argumentacion soldada en el acero mas duro de las lógicas?
¿Ese discurso que mata de razón pero aburre de sueño?
¿O la mas sencilla crudeza de la fuerza de los hechos, el progreso de la vida ,la fatalidad de la muerte y de las fuerzas del caos natural y cosmológico?
Nos movemos siempre expuestos a las ultimas y decepcionados de las primeras.
Las construcciones lógicas son como camas sin durmientes, grandes vestíbulos en los que no se recibe a nadie o catedrales majestuosas sin feligreses. Se crean para solaz y manipulación del que las hace, pero nunca sirven al verdadero fin para el cual ellas mismas se proclaman.