lunes, 16 de marzo de 2020

Coronavirus, sociedad, economia y cambio de paradigma: el ocaso del credo liberal de postguerra

Esta epidemia, de la que el Covid19 es su principal protagonista, al igual que sucedía en la Antigüedad o la Edad Media, marca un punto de inflexión. Y esto no es solo por el impacto a corto plazo en la economía o la norma social cosas que son fácilmente recuperables a medio plazo.

La epidemias tienen su impacto simbólico en el imaginario y las creaciones intelectuales de los pueblos, sus modelos sociales y sus mitos. Cuando la Peste tomo las calles  de Atenas, Roma o de los burgos medievales o las ciudades centro europeas en la Guerra de los 30 años liquido no solo a personas indefensas: liquido la confianza   en élites y los sistemas de organización económicos. Esto indudablemente no es obra de un día. 

En el caso del sistema actual cuyos pilares son la globalización  y el mercado libre gobernado por EEUU y Gran Bretaña en la economía y la democracia liberal en la política siguiendo el modelo victorioso de las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial y la caída de la Unión Soviética, esto ya sucede desde los atentados del 11 de septiembre y mas aun desde la crisis financiera global del 2008. Los mitos liberales del mercado libre de personas, bienes y sobre todo capitales, la globalización y la democracia, como sistema político eficiente de gestión de recursos, se tambalean gravemente. 
Una epidemia pone a prueba la moral y la ética de los pueblos, su resistencia a cambiar y sobre todo a su sistema político.

China con una dictadura ha demostrado su capacidad, sin conocer aun las causas de brote, para neutralizar al coste que sea y con una economía dirigida la amenaza biológica, creando hospitales en 10 dias por ejemplo, manteniendo en cuarentena poblaciones inmensas y poniendo a los sectores productivos a las ordenes del Estado.

Rusia por otro lado ha tenido la flexibilidad de anteponer su soberanía y su seguridad publica a los intereses de la globalizacion y sus sanctasanctórum la libertad de paso de bienes y sobre todo personas. 

Los gobiernos occidentales, defendiendo el credo liberal como una religión e intereses económicos sectoriales y privados, por encima del interés general de sus ciudadanos, han perdido un tiempo precioso de respuesta que ha encontrado en países como Italia y España, con un individualismo personal dentro de la idiosincrasia propia y estimulado por el sistema de consumo, un caldo de cultivo excepcional para la expansión del nuevo virus. 

Estos hechos van a cambiar sin duda los tiempos venideros y la manera de gestionar las crisis y la economía. 

Hasta ahora hemos estado expuestos a una corriente ultra-liberal y cosmopolita, es decir globalista, que consideraba a los estados organizaciones caducas, pero aun necesarias por la incapacidad de la gente de desprenderse de sus ideas mezquinas nacionalistas, y como instrumentos de organismos supranacionales. Por otro lado las empresas multinacionales y los mercados bursátiles han sido deificados como  entes dinámicos de riqueza y modernidad. Sin embargo todo ese entramado de ideas lleva derrumbándose junto la caída de la prosperidad de la clase media en los países desarrollados, solo acompañada por un tímido crecimiento económico en el tercer mundo en las clases mas humildes, pero eso si, junto a una brutal acumulación de riqueza en élites financieras y políticas que fomentan este sistema en todos los países todo ello al albur de la libre circulación de capitales. 

Lo contradictorio del mensaje de progreso de esta nueva religion liberal con la dura realidad de las clases medias que han ido cayendo en el paro y las caidas salariales victimas de la deslocalizacion industrial, la especulacion inmobiliaria urbana de los grandes patrimonios  por el crecimiento metropolitano, y la competencia laboral con mano obra barata extranjera, ha dado lugar a una reaccion politica importante y una critica bien fundamentada al sistema y sus elites. Fruto de ello en España y otros paises se ha producido el nacimiento de nuevos partidos políticos, el descredito general de la clase dirigente y politica y el resurgimiento intelectual de ideas entroncada en un pasado reciente de la historia europea el fascismo y el comunismo. 

Mas alla de la demonizacion inquisitorial de estas ideas por un "establishment" opulento y transnacional hay que determinar el porqué los supuestos necesarios para el nacimiento del marxismo o el fascismo han sido posibles de nuevo. La mitologia de un mercado libre que lo puede todo fue, en los felices 20, la antesala del comunismo y el fascismo. La realidad es que ambos fenomenos comunismo y liberalismo son la cara y la cruz de una misma moneda. 

El mercado libre, como bien estamos probando en nuestras carnes, no lo puede todo. No solo eso. Un mercado libre sin restricciomes fomenta el darwinismo social, y no precisamente por meritos, sino por renta y acumulación de capital familiar o de ciertos grupos sociales. 

Un caso practico lo ha dado la crisis del coronavirus. Hasta hace unos dias antes de este nuevo virus muchos economistas liberales imprecaban la no intervención en la economia y la liquidacion financiera de los estados. Habia que dejar al mercado reajustarse a traves de oferta y demanda de trabajo, de bienes y salarios sin minimos ni restricciones. Sin embargo  a muchos de  estos gurus economicos y creyentes fanaticos del sistema, en boga en grandes escuelas de negocios, el coronavirus ha puesto en peligro sus negocios y transacciones sl igual que lo hizo con los bancos en la crisis financiera de 2008. Y donde quedo ese discurso ultraliberal? Pues  desaparecido  tras multitud de reclamos al Estado para estimular una intervencion economica .

 ¿Por qué ese cambio? ¿No puede el mercado limpiar aquellos negocios que ya no sirvan y dar a luz nuevos que reclame la  situacion? ¿No se reajustara el empleo, los precios y las rentas de la misma forma que cuando sus negocios eran prósperos y no se requería según ellos ninguna intervención? Parece ser que no. La causa del cambio no es otra que  la perdida de su fortuna y estatus. 

Esto solo demuestra una cosa: las recetas fijas  en economía y las doctrinas económicas están absolutamente mediatizadas por los intereses privados de ciertas élites económicas. 

Curiosamente las ideas socialistas y fascistas daban algunas soluciones a estos problemas en el caso del fascismo haciéndose eco directo del keynesianismo económico. En la teoria tanto el fascismo como socialismo real abogaban por soluciones de economía dirigida. En el caso del socialismo utópico y el comunismo esto supone la liquidación de la iniciativa privada cosa que se demostró como destructiva de la creatividad, la riqueza y el espíritu de superación e innovación no considerada  estratégica en las sociedades entre ellas muchas soluciones de bienestar social. Sin embargo el fascismo teórico defendía la existencia de la propiedad privada de medios de producción siempre que estuviese supeditada en ultimo termino al interés nacional. Eso suponía alianzas y reorganizaciones sectoriales, potenciacion del empleo sobre los beneficios y una labor social de la empresa a traves de lo se hizo llamar corporativismo o sindicación vertical en España. 

El fascismo como filosofía de vida basada en la violencia fracaso estrepitosamente pero no asi una gran parte de los valores que lo inspiraron: la tradición clásica, una cierta militarización de la vida como disciplina profesional y de trabajo y la colaboración marcial entre los ciudadanos apostando por un estado fuerte y paternalista con el progreso, el bienestar de la clase media y la ciencia. 

Esta herencia velada y copiada en las democracias durante la guerra y después de ella demostró una gran vitalidad que venció al comunismo y supuso el mayor progreso de la historia junto a un capitalismo intervenido. 

La sustitución progresiva posterior de la empresa como obra para la sociedad, la expansión del modelo de consumo anglosajón y el beneficio a corto plazo como referencia de valor ha conseguido, después de la postguerra y a partir de los 80, la vuelta al sistema desigual e injusto anterior a la guerra. 

La sacralizacion de la libertad individual y el "laisezz affaire" así como la liquidación del espíritu de comunidad nacional han dejado solo la solidaridad mecanica de los impuestos como método de progreso. Eso con la deuda, la corrupción política por intereses individuales y cualquier tipo de crisis pone en tensión inusitada al sistema político y económico como ya ha pasado en la crisis de 2008 y se multiplicará en el proceso de liquidación del coronavirus con el impacto económico posterior. 

Los pueblos con esta crisis sanitaria ya se han dado cuenta de una cosa: el sistema global liberal no salva a las familias corrientes de las catástrofes economicas y de salud.

 El cambio de paradigma ya no puede ocultarse mas. 

El mundo se prepara para un cambio politico y económico sin precedentes e inicialmente mucho mas cerrado. 

Nuestro crack del 29 ya esta aquí. ¿Podrán las élites redirigir el sistema a su favor? ¿O habrá una nueva revolución política? El capitalismo intervenido podría ser la única solución a la salida de esta depresión que se avecina. 

¿Cual es el dilema entonces?  ¿Que sistema se impondrá progresivamente? 

¿El subsidiado y cosmopolita de las élites globales y supranacionales manipulando a las masas a través de una renta única? 
¿podrá recuperarse un sistema de méritos y trabajo a través de una sólida clase media ?  ¿O un sistema totalitario mixto? 

Una ultima nota histórica:

 La Edad de Oro de la democracia en Atenas se derrumbo en su propia gloria y sin embargo se recuerda en las escuelas liberales como un mito:  la epidemia de peste de Atenas en la que pereció Pericles. La realidad es que la Guerra del Peloponeso no la gano la democracia, el lujo y la libertad ciudadana ateniense en la servidumbre de los metecos... sino la Esparta totalitaria y humilde