Igual que el acero se templa en la forja a base de martillo y yunque el ser humano solo se prueba y madura a través de la servidumbre. Un hombre que solo lucha por el mismo nunca se pondrá al limite de sus posibilidades nunca se conocerá del todo. Sin obediencia a un valor, a una persona o una idea sucumbimos a la pereza, a la cobardía o dejaremos nuestra obra magna en cuanto que surja un obstáculo. Nunca dará lo mejor de si. Sin servidumbre no hay excelencia.
Como el bushido y la milicia española de Calderón solo en la fe de algo superior a ellos encuentran los hombres su destino.
Si algo inspira la obra de Cristo, la mas repetida de las doctrinas, es que a través de servir se llega al mayor dominio y a Dios. Pero siempre hay un pero... A quien y a que servir? Tenemos suerte, nuestra naturaleza ruin o noble, osada o pusilánime y la cultura heredada suele eligir por nosotros...
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